miércoles, 27 de abril de 2016

Otra dimensión

Sigilosa se fue acercando hasta donde él estaba y con una suave caricia rosó su cabellera. Siguió su andar hasta que atravesó la pared dejando su estela oscura que fue ocultando poco a poco su guadaña.

Absorbió su último aliento y de a poco su alma se despojó de su cuerpo para volar a la otra dimensión.

En su ascenso dejó rencores y pasados y su lamento por los suyos se convirtió en júbilo. Pronto dejó de sentir el viento en su rostro y la paz se apoderó de él.

Llegó.

Sus ojos se cegaron al brillo de aquel lugar, y mientras su vista se ajustaba, vio frente a él a sus padres y sus hermanos. La emoción le invadió y de regalo le dieron esperanza.

Conoció al Padre y sus dudas fueron resueltas. Fue en ese momento, cuando entendió su misión.

Ya llegó tío Benjamín. Reúnase con los suyos y espérenos.