jueves, 31 de diciembre de 2015

Adiós Lemmy


Ian Fraser Kilmister, mejor conocido como Lemmy nacio un 24 de diciembre de 1945 en Inglaterra (uno de los motivos por los que sus fans le apodaran -dios-) Formó allá por el 75 la mítica banda Motorhead que permaneció vigente hasta el 28 de diciembre de 2015 cuando falleciera a consecuencia de un cáncer terminal. 

70 años de estar en la tierra, 40 de carrera con Morhead, ¿que se puede decir? nada más que adiós Lemmy, dejaste de ser grande y te volviste en inmortal. 


Fotografia extraía de uproxx. http://uproxx.com/music/motorhead-lemmy-kilmister-interview-health-sex-toys/

martes, 22 de septiembre de 2015

Siempre hicieron bien las cosas

Juan tenía muy buenas intenciones. Un día decidió trabajar muy duro para ayudar a su madre en el sostenimiento del hogar.  Como llegaba tarde al trabajo decidió primero ahorrar y comprar un auto para ser más eficiente y ayudar a su mamá. Cuando compró su auto, quiso comprar mejor ropa para ir más presentable al trabajo, sería hasta entonces, cuando ayudaría a su mamá.  
            
Ya mejor vestido y con auto conoció a María. Una joven compañera de trabajo que tenía muy buenas intenciones y quería colaboraba en el sostenimiento de su propio hogar. Se enamoraron.

Pasado el tiempo Juan consiguió una mejor oferta laboral en otra empresa y le propuso matrimonio a María. Ella aceptó. Se pusieron a trabajar más duro para poder comprar una casa y amueblarla. Así, cuando se casaran, ya tendrían todo. Estaban convencidos que estaban haciendo muy bien las cosas. 

Al tener lo necesario empezaron a hacer horas extras en el trabajo para pagar la boda que, según ellos, se merecían por sus esfuerzos por hacer bien las cosas.

Entre elegancia y sonrisas María y Juan se casaron.

Pasaron dos años ahorrando mucho para tener lo suficiente para tener un hijo. Y cuando así fue, María se hospedó en el mejor hospital que pudieron haber pagado. Juan se sentía orgulloso.

Cuando el niño empezó a llorar se dieron cuenta que necesitaban darle lo mejor a su hijo. Y lo mejor que podían hacer era trabajar arduamente para pagarle un buen colegio. Obviamente no tenían tiempo de estar con él, y era razonable. Ellos tenían que trabajar para darle lo mejor al niño. Así que se recordaron de sus progenitoras y dejaron al niño recomendado con ellas.

Para ese punto María y Juan se sentían orgullosos: Tenían una hermosa casa, un hijo consentido y unas madres ocupadas y bien remuneradas cuidándolo.

Cuando el niño creció decidieron pagarle un buen colegio donde estaría de las 6 de la mañana a las 4 de la tarde resolviendo complejos problemas matemáticos, estudiando danza clásica y pintura. Pero debían trabajar un poco más para pagar a la psicóloga que veía al niño, es que las maestras dicen que se porta mal y que trata de llamar la atención, pero para eso el colegio tiene su propia psicóloga que les ha dicho que es normal en los niños de su edad y que el exceso de trabajo de ambos no es el problema, al contrario, es la solución para seguir pagando las terapias. Ambos se sintieron tranquilos.

Un día Juan se sintió celoso del nuevo auto de María que, según dice María, lo compró con el único fin de llevar a la familia de paseo los domingos. Así que Juan buscó un tercer empleo para pagar un auto deportivo porque en realidad se lo merecía, ha trabajado mucho durante toda su vida y necesita tener un gusto.

En Navidad mientras el hijo destrozaba los empaques de los costosos regalos que sus padres le habían dado se dio cuenta que ambos estaban inmersos en sus teléfonos celulares. Re reían y hacían gestos con “alguien” al otro lado de la línea. El niño terminó destrozando los juguetes antes que sus padres se pusieran a discutir por quién se quedaría con el niño. Es que ambos tenían que salir urgentemente.

Cuando la mamá de María murió, Juan no quiso dar dinero para el funeral, ya que ese dinero serviría para pagar la remodelación de su estudio en casa. María maldijo su suerte y la de su madre y tuvo que dar el dinero que tanto había ahorrado para exfoliarse la piel y pagar un modesto funeral.

Cuando la madre de Juan fue encontrada muerta tres días después en la humilde vivienda donde ella vivía, él recordó que a ella le gustaba lo simple así que la enterró en el cementerio cercano donde jamás volvería a visitarla.

Al cabo de unos años el hijo se terminó yendo de la casa y jamás volverían a verlo. María se separó de Juan y estuvieron en un litigio de diez años para ver quién se quedaría con las propiedades que ambos habían hecho en toda su vida.


Hasta la fecha, ambos no se explican que fue lo que pasó, ellos siempre hicieron bien las cosas.

jueves, 13 de agosto de 2015

No sufrirá del tránsito y no sufrirá de estrés

Usted fue diseñado con dos hermosas piernas que le pueden llevar a varios lugares. Si la distancia es mayor ¡no hay problema! porque puede hacerse de una bicicleta que le lleve lejos, de forma eficiente, sana y divertida. Si a pesar de sus piernas y de las bicis usted quiere llegar a su destino en menor tiempo puede hacerse de una motocicleta con la que no sufrirá del tránsito y no sufrirá de estrés. Ahora bien, si con todas las opciones anteriores usted insiste en andar en automóvil no conduzca como loco y con odio hacia los demás, la verdad, es que los demás no tenemos la culpa que usted no avance a su destino.

martes, 4 de agosto de 2015

¿Qué clase de académico sería yo si no atiendo a lo que mueve a mis estudiantes?

Una de mis estudiantes se me acercó entusiasmada por el nuevo éxito de su grupo favorito -One Direction- y me invitó a escucharlo y comentarle mis impresiones.  Debo confesar que mi primera reacción fue no hacerlo, pero, al final de cuentas ¿Qué clase de académico sería yo si no atiendo a lo que mueve a mis estudiantes? Así que accedí a buscar la canción y la escuché.

Evidentemente, la primera escucha no causó mayor sobresalto en mi, total, estaba escuchando a un grupo de muchachos que evidentemente eran manipulados por una super corporación que pretende ganar millones con ellos. 

Puse más atención.

A la segunda escucha pude apreciar una sincronización de los cantantes y una melodía no muy elaborada que jugaba acertadamente con una letra destinada a su grupo objetivo. Era evidente una cuidadosa pre y post producción que dejaba como resultado un producto bien realizado que seguramente les dejaría grandes utilidades.

Sin embargo, a la tercera escucha, entendí que la producción iba mucho más allá. Más de las técnicas mercadológicas había una entusiasta, mi alumna, que estaba pasando por un momento mágico. Sus ídolos presentaban un nuevo material que ella estaría escuchando una y otra vez, haciendo que su mente volara y haciéndola soñar.

Como futura diseñadora, esa inspiración seguramente la llevará a completar un requerimiento estético y sus emociones y sentimientos estarán plasmados en un producto que le traerá utilidades económicas a mi alumna.

Recordé a mis hermanas y su emoción por -Menudo- o a mi esposa hablar con nostalgia de -Los Chicos- pero vívidamente pude recordar mi emoción al escuchar -Herencia Letal- de Barón Rojo, mi grupo preferido y retomé que hacía poco yo mismo inspirado por esa canción la había colocado en las redes sociales como una protesta ante los políticos corruptos.

Hoy, una estudiante ilusionada me había hecho pensar y recordar. Y estoy convencido que en un futuro, ella también recordará como su inocencia hizo pensar y recordar a un viejo profesor que escucho y escribió a cerca de One Direction.



domingo, 2 de agosto de 2015

Me llamó a ser cuerdo

No se si fui un buen hijo, él nunca me lo dijo. Yo creo que no, no fui un buen hijo.

Un día, entre las múltiples tareas diarias supe que podía ir a visitar a mis papás mucho antes de la hora acordada. Salí casi corriendo y me dirigí para allá. En el camino me di cuenta que necesitaba cargar gasolina, pero al llegar a la estación me percaté que había dejado mi billetera en el trabajo.  Frustrado y molesto traté de avanzar unos kilómetros, solo para darme cuenta que la gasolina se había agotado. 

Sin más a quien recurrir llamé a la casa de mis papás ya que la distancia restante era corta. Le pedí favor a mi papá que me llevara un poco de gasolina y me senté a esperar. 
Esperaba con pena y vergüenza porque no podía ser que a mis cuarenta años de edad, aún me pasaran esas cosas. Cayendo el anochecer vi a lo lejos que se acercaba ese pequeño auto gris de modelo antiguo y dentro de él mi viejito; ese señor de cabeza gris adornada con una gorra de lana, de esas que usan la gente mayor. Se estacionó y me dio la gasolina. Mientras yo le contaba lo sucedido me dio dinero para recargar más combustible y yo le prometí que a mi retorno le recompensaría todo lo el favor. Él sonrió.

Mientras regresaba al trabajo por mi billetera llevaba en la mente el rostro de felicidad de mi papá. Esa escena le había hecho sentirse útil, me había demostrado por enésima vez que todavía yo necesitaba de él. 

Solamente unos días después yendo de camino a casa tuve un accidente automovilístico. Mi auto se hizo pedazos. Afortunadamente nadie salió herido. Maldije mi suerte y recurrí nuevamente a mi papá para que me prestara su vehículo en lo que se resolvía el tema del seguro.

Llegué a casa de mis papás y él me amonestó. Me hizo ver mis recientes errores y me llamó a ser cuerdo y tener los pies sobre la tierra. Me dio las llaves de su auto, ese Ford Festiva de 1989 y mientras quitaba otras llaves me dijo "No quite el llavero de esas llaves, a mi me trae buenos recuerdos" Me extrañaron esas palabras, pero prometiéndole que no lo haría me marché del lugar para retornar al día siguiente a consecuencia de la llamada de mi madre informándome que mi papá había caído muy enfermo.

Quince días después moriría a causa de neumonía.

Hoy, a los años de su partida recuerdo con nostalgia nuestras últimas interacciones. La vida me permitió darme el lujo de cometer errores que mi papá resolvería con sabiduría. Aún tuve tiempo de escuchar su último consejo, consejo que ahora entiendo, no era acerca del auto, sino de la vida que tendría que continuar sin él a mi lado.

lunes, 6 de julio de 2015

¿Porqué no lo adiviné antes?

Son momentos de lucidez y otros de un profundo silencio.

Abro los ojos y veo gente corriendo y hablando, de nuevo un silencio.

Escucho una voz familiar y abro los ojos, a lo lejos lo veo y me sonrío, levanto la mano para saludarlo y de nuevo el silencio.

Por pocos les veo y les escucho, me alegro de estar con ellos en esos pequeños momentos de razón. Pero luego vuelve el silencio.

Trato de abrir los ojos pero los párpados están demasiado pesados.  Ahora, solo por unos pequeños momentos escucho sus voces, ya no se si estoy soñando, pero de todas formas es bueno para mi oírlos. Ese silencio de nuevo.

Escucho ecos y murmullos, no los puedo distinguir, pero me dicen algo. Trato de entender pero el silencio regresa a por mi.

Entre las voces ya distantes y en ecos débiles escucho su voz que me habla. Es ella, me habló.
Sonrío y quiero responder pero ya se que el silencio volverá para impedírmelo. Y efectivamente, el silencio me lleva de nuevo.

Llevo ya un tiempo sin escuchar voces, y el silencio me tiene en sus brazos, al final de cuentas no es tan malo, con el tiempo se llega uno a acostumbrar. Solo me molesta ese punto distante.

Definitivamente ya no hay voces y por alguna razón, ya no quisiera escucharlas más, me causa mucha curiosidad esa luz blanca que ya no se ve tan distante, le pregunto al silencio qué es, pero me doy cuenta que hace mucho el silencio me dejó solo, ya no importa, ahora ya se ubicarme en este espacio.

Cada día me acerco más y me he dado cuenta que si no quito la vista de la luz, avanzo más veloz ¡ve! no necesito caminar para ir hacia esa luz.

Estoy a las puertas de lo que al principio me parecía una luz, sonrío pensando ¿porqué no lo adiviné antes? era tan obvio y estoy ansioso por entrar.

Pero hora que lo pienso ¿morí verdad? si, lo se, la pregunta ya no tiene importancia y no me preguntes porqué, no se cómo explicarlo, pero esto ya lo conozco y no se cuánto tiempo me llevará recorrerlo, pero al terminarlo me tendrás que contar muchas cosas, necesito saberlo todo.

¿Que cómo me llamo? pues que raro, no lo sé, pensé que tu lo sabías. Haaa ya entiendo, me estás probando ¿verdad? Luego me dirás mi nombre, me pareció ver a alguien conocido, le iré a buscar para recorrer el lugar, como ya te dije, al regreso deseo saberlo todo, todo.

miércoles, 24 de junio de 2015

Nunca lo sabré

¿En qué pensó?

Nunca lo sabré

¿Pensó en su dama, en sus hijos?

Nunca lo sabré

¿Pensó en mi?

Nunca lo sabré

viernes, 19 de junio de 2015

Hombre fuerte

Qué difícil es ir siempre hacia adelante, cuando tanto de uno se queda aquí.

Sin más consuelo que algunos momentos, que el camino hace tan caro vivir.

Y con el tiempo cuestan recordar.

Usted me enseño muchas cosas, lo que un verdadero hombre debía hacer, y traté, traté de ser un hombre fuerte, un roble como usted lo fue. Pero no pude.

Recuerdo haberle pedido que me enseñara a conducir un vehículo, y usted me enseño a desarmar un motor. Recuerdo que no salía a vagar con mis amigos sin primero ayudarle a hacer las actividades que, según usted, me formaría como todo un hombre. Recuerdo ver mis manos llenas de cemento, grasa, astillas o pegamento. Si, usted me estaba enseñando bien.

Algunas veces me quemé, otras, terminé sucio de pies a cabeza.  Pero le seguía sin pestañear. Lo admiraba, yo veía en usted a un superhombre.

Me dio vergüenza llegar a ver que con el tiempo los niños admiraban a Superman o Batman y yo le seguía admirando a usted. Luego, vi como los adolescentes odiaban a sus padres, pero yo le seguía admirando.  Lo que usted decía era la ley y no se discutía, yo respeté eso.

Me enseño que la casa funcionaba por usted, todo se reparaba y todo tenía una solución, total "eso no nació allí". Vi cómo nunca faltó la comida en la mesa, no importaba si usted tenía que trabajar largas jornadas, nunca se quejó, nunca nos reclamó. Todos los fines de semana lo tuve a mi lado y nunca vi una grosería de su parte para con mi mamá, si, usted me enseñó cómo se llevaba un hogar.

Recuerdo cuando aquel maestro me señaló con el dedo y dictaminó que yo no sería nadie en la vida. Usted se sentó junto a mí en aquellas tardes de diciembre enseñándome matemáticas. Jamás nadie volvió a dudar de mi inteligencia.

Eso sí, usted fue duro, muy duro. Nunca lo vi llorar, no lo vi quebrarse. Siempre nos defendió, pero también nos castigó. No toleró que nos pasáramos de listos. Nunca supe que le gustaba, pero si sabía perfectamente lo que no le gustaba, y seguramente no le gustaría que escribiera estas líneas, un verdadero hombre calla. Lo recuerdo muy bien.

Sabe, cuando lo llevé al hospital quería abrazarlo, pero no pude. Lo mismo quise hacer antes que entrara al intensivo pero tampoco me atreví.  Debía demostrarle que yo era duro como usted, pero la verdad es que no dejo de pensar que nuestra última comunicación fue un saludo de lejos, solo pude ver una entre sonrisa tras esa mascarilla de oxígeno que le cubría el rostro. 

Cuando le visitaba me tragaba el llanto y le hablaba con la voz de siempre, asegurándole que me estaba encargando de todo. No sé si me escuchó o no, pero quería mostrarle que era fuerte como usted. Y sabe, casi lo logré. En todo el proceso no lloré, aunque quería hacerlo, pero no lo hice.

Cuando me dieron la noticia que usted había muerto sentí que no estaba allí, Quise estallar en llanto pero no pude, le di la noticia a quienes pude tragándome las lágrimas, pero debía ser fuerte, fuerte como usted lo fue.

Se llegó el momento de hablar y me mostré fuerte a todos, di ánimos y aunque me excusaba diciendo que usted ya estaba grande, que era lo mejor, la verdad, es que ni yo mismo me lo creía. 

Yo quería que usted estuviera viendo televisión con aquel suéter café, sentado a la orilla de la cama, no en esa caja de madera tendido y sin vida.  Me mostraba calmo, pero por dentro estaba destrozado. Hablaba con las personas pero para serle franco, no sé ni qué dije, sentía que estaba en un mal sueño, solo quería que todo pasara. Sé que es egoísmo, sé que usted ya debía descansar, pero yo, en mi egoísmo, quería seguir teniéndolo a mi lado, creo que todavía me faltaban muchos consejos por recibir, aún tenía mucho que aprender de usted.

Mientras íbamos camino al cementerio platicaba y me mostraba fuerte, y pensaba que podría lograrlo, podía haber estado fuerte ante su muerte y le demostraría a usted que hizo un buen trabajo conmigo.

Fracasé.

Por más que quise mantener la compostura no pude dar esas últimas palabras de agradecimiento y despedida. No pude. Simplemente la tristeza me tomó por sorpresa y me desplomé en llanto. No fui el hombre fuerte que usted fue, la verdad le fallé papá. Y es que no aprendí a dejarlo ir, no aprendí a dejarlo de admirar, de querer. No aprendí a aceptar su muerte.

No aprendí a ser el hombre fuerte que usted un día fue.


Polvo de estrella -Los últimos días del profe Arnulfo-

6 de junio

Su esposa llamó a los paramédicos; el profe Arnulfo se encuentra tendido en la cama desvariando.
Es hospitalizado y el médico sugiere que pase la noche en control.

Posiblemente al otro día salga caminando como en otras ocasiones lo hizo.


7 de junio

El profe Arnulfo fue trasladado a cuidados intensivos. 
Ha desarrollado neumonía y con el cuadro de fibrosis pulmonar que lo había acompañado más de 12 años la situación es delicada.


8 de junio

No reacciona bien a los medicamentos y la probabilidad de muerte supera el 50%. El profe Arnulfo es sedado para no sentir dolor mientras le acompaña su primogénito. 
Viéndole y sonriendo se queda dormido.


9 de junio

El problema respiratorio del profe Arnulfo empeora. Es probable que muera esa noche.


12 de junio

El semblante del profe Arnulfo decae, termina en un estado anquilosado.


13 de junio

Su esposa le susurra al oído que lo ama, le invita a irse en paz.


15 de junio

El profe Arnulfo muere a las 11:00.


16 de junio

El profe Arnulfo se convierte en polvo de estrella y desde ese día brilla junto con ellas, y lo hará por toda la eternidad.

martes, 28 de abril de 2015

Primero debe tener un rosal

Si una pareja quiere tener un hijo primero debe tener un rosal; Debe cuidarlo y podarlo. 

Al año de que éste ha venido dando rosas puede pensar en tener peces. 

Cuando los peces cumplan un año y el rosal tenga dos años de regalarles rosas, sabrán que es el momento de tener un canario. 

Al llegar al año de que el canario esté sano y cantando, la pecera tenga dos años con sus peces intactos y el rosal lleve tres años dando rosas entonces la pareja podrá adoptar un perro. 

Cuando se celebre el segundo aniversario del perro, el canario tenga tres años, la pecera cuatro y el rosal cinco, la pareja ha demostrado que pueden convivir juntos durante cinco años, han demostrado que pueden pasar los fines de semana juntos haciendo jardinería, tienen la minuciosidad de limpiar y decorar una pecera, tienen la capacidad de ser felices y cantar junto con el canario y la suficiente paciencia de cuidar a un cachorro. 

Será hasta ese momento en el que, si aún se siguen sintiendo vacíos pueden pensar en la gran responsabilidad de traer a otro ser humano al planeta.

lunes, 20 de abril de 2015

Diecinueve años

Sentía el frescor de la tarde en su rostro mientras viajaba en la parte trasera de una motocicleta que cruzaba como un rayo la ciudad. Su sudor poco a poco se iba secando mientras soñaba abrazando la espalda de su padre bailar eternamente dejando sus faldas volar. El sueño no se había cumplido pasados los años.

No tenía por qué quejarse, realmente no había un motivo más que ese tormento que consecutivamente venía a visitarle. Desde joven había soñado con su llegada y en su canto desesperado le llamó pero parecía no haberle escuchado. Se cansó de sufrir el desgaste de las brujas y dejó de buscar en su infortunio. 

Fue en satíricas circunstancias cuando a través de unos catalejos viejos encontró de pronto la fuente de su inspiración.

Se adelantó a su contrincante y burló a quien le reclamaba con tal de ver su libertad y cuando vio sus faldas volar suplicó por su compañía eterna. Se enamoraron.

Juntos recorrieron mil aventuras y un Gurgel fue mudo testigo de ello. Dejando todo atrás condujeron sus propios destinos sabiendo que nada ni nadie detendría su rítmico palpitar.

Soportaron juntos el tormento y libraron mil batallas, y con quinientas monedas entendieron que su casa tenía alma. El amor hijos les vio nacer y un día con picaresca sonrisa decidieron escapar hacia las soledades vivientes. 

Diecinieve años después el aún disfruta ver danzar a su gitana mientras ella con coqueta sonrisa esperará la ocurrencia que cierre la jornada.  

Solo el cielo es testigo de ello.

lunes, 13 de abril de 2015

Los odiantes

Al nacer creyeron que era injusto que alguien les golpeara en el trasero sólo para comprobar que estaban vivos. Entonces, odiaron al doctor. 

Luego, odiaron al suelo por atravesarse en el camino de ese estúpido biberón que cayó de sus bocas. 

Odiaron al biberón.

Odiaron a la maestra por dejarles tareas y odiaron a su madre por obligarlos a hacerlas. 

Odiaron a su padre y al trabajo por no estar con ellos y odiaron a los pájaros que por las mañanas cantaban a la orilla de su ventana. 

Odiaron a su pareja cuando los dejó y odiaron tener que buscar una nueva. Algunos odiaron nunca haberla encontrado. 

Odiaron buscar un empleo y al encontrarlo odiaron su trabajo y a su jefe. Odiaron levantarse de madrugada y odiaron el tránsito. 

Odiaron con fuerza a los taxistas y a los motoristas. Odiaron a los buses; odiaban los baches y a los peatones y de lejos, odiaron con envidia a un ciclista que feliz circulaba entre los árboles. 

Odiaron a los árboles por dar sombra al ciclista.

Odiaron la televisión y los programas que allí pasaban, pero no podían regresar a la radio porque ya la odiaban. 

Odiaron la publicidad y odiaron los periódicos. Mostraron su odio en el Internet y las redes sociales, y al pasar el tiempo odiaron la tecnología.

Odiaron su divorcio y odiaron ser despedidos. 

Odiaron ser mantenidos por sus hijos y odiaron las enfermedades. Odiaron a quienes los cuidaban y odiaron las medicinas.

Al final de sus días se odiaron a sí mismos y en agonía odiaron al Creador. 

Odiaron cuando su vida se apagaba y odiaban pensar que en el velorio nadie los odiaría.

martes, 17 de febrero de 2015

No hay tiempo para distraerse, hay que pensar -Me visto de negro-

Una mañana me di cuenta que pasaba mucho tiempo buscando con qué ropa vestirme: Encontrar un pantalón que combinara con la camisa y unos zapatos y cincho que completaran el atuendo. Y si eso no fuera suficiente, encontrar los accesorios idóneos como reloj, saco o corbata.

Lo que para otras personas era un hermoso ritual matutino, para mí se convirtió en pesadilla. Definitivamente ese no era yo, mis primeros pensamientos del día, no podían girar al rededor del egocentrismo. 

Me vi al espejo y pensé, pensé mucho, pensé en muchas cosas, y mientras las horas pasaban, determiné que no pasaría más tiempo atormentado por las mañanas pensando con qué cubrir mi desnudez. Debía minimizar ese tiempo, e invertirlo en algo de provecho. Tomé entonces toda mi ropa y la doné a obras de caridad. Y con el armario vacío me senté a pensar por última vez, cuál sería el atuendo que usaría desde ese momento.

Solo necesitaba un color para mis pies y pensé que el mejor color para calzado era el negro, no se ensuciaba con facilidad y combinaba con todo. ¡El problema estaba resuelto! 

Pensé en cualquier color para los pantalones, pero una idea se atravesó por mi mente, y ahí estaba la respuesta: Pantalones negros, total, con cualquier tipo y color de camisa irían perfectos. 
Parecía que todo empezaba a tener sentido, así que decidí emprender el viaje y comprar el atuendo. Pero debo ser sincero: Mi viejo gusto por el Heavy Metal me llevó a inclinarme por una camisa negra que se atravesó por mi camino y ya no hubo marcha atrás. 

De pronto me vi vestido completamente de negro, y aunque al principio yo mismo me sentí extraño, poco a poco me di cuenta que la elección había sido la correcta.
Efectivamente, por las mañanas ya no había mucho por lo qué preocuparme, el tiempo se redujo considerablemente, y la libreta y lápiz que estaban en el armario empezaron a ser utilizados.

Ahora bien, desde el punto de vista filosófico, sí, el color negro en América es connotativo de luto, y para mí, funciona muy bien. Me describo como un ser humano inconforme, creo que las cosas podrían ser mejor, y, que lo único que hace falta para construir un mundo mejor, es que seamos más tolerantes. Algo que en mi país natal, está muy lejos de hacerse realidad.
Bajo ese enfoque, mi vestuario negro refleja mi inconformidad ante una sociedad egoísta que busca llenar su propio vientre en detrimento de los demás.

¿Anuncio la muerte? no, soy pacifista, pero sí se podría decir que he decidido andar de luto por todas esas personas que han, hay y habrán muerto a manos de entes que sólo desean poder y dinero, he decidido andar de luto por la des-humanización. 

¿Soy Satánico? Por supuesto que no. Sí creo que el ser humano puede hacer el bien y el mal si se lo propone, pero no creo que exista ningún ser mágico que motive al hombre a ser cruel, eso es una elección personal. Pero si, mi forma oscura de vestir, es una constante protesta contra la ambición del ser humano por el poder, el dinero, la imposición de ideologías o la desigualdad.

¿Soy diferente a los demás? Creería que no, aunque si estoy escribiendo estas líneas, evidentemente es porque muchas personas consideran que si lo soy, y no precisamente consideran que soy un "diferente bonito", de ahí la razón de este texto. Y no debiera de ser diferente, todos los seres humanos debiéramos de tener el mismo sentimiento por nuestra especie, por la naturaleza, por el planeta. Con una persona que se cuestione, que piense, mi vestuario habrá valido la pena.

En consecuencia, básicamente soy una persona como las demás; con los mismos derechos y obligaciones, los mismos problemas e ilusiones. La única diferencia, es que un día, me cansé de perder el tiempo pensando en cómo vestirme, cuando había cosas más importantes en las que pensar.


domingo, 25 de enero de 2015

Cambiar al mundo

Se despertó pensando que desde ese día trataría de cambiar al mundo.

Fue feliz.

Falta mucho por aprender

El maestro debe saber, hacer y ser. Falta mucho por aprender. 

Esa palabra no no tiene poder

Conozco el poder de las palabras, por eso pienso antes de hablar. Entonces, cuando callo me acusan de no tener carácter, y cuando pienso y hablo, me acusan de rebelde y revolucionario. Y es que la gente sospecha del poder de las palabras, pero no usan ese poder, no piensan al hablar, y cuando hablan no dicen lo que piensan, sino repiten los enunciados de otros para parecer cultos y sabios.  Si una palabra no tiene un pensamiento propio de fondo, esa palabra no sirve, no tiene poder.

jueves, 22 de enero de 2015

¿Que tal si reflexiona y pide disculpas a su deidad?

Escuché que alguien dijo "El problema actual es que la gente va a la iglesia a pedir, en lugar de dar como hacen otras religiones" esta aseveración me dejó pensando y decidí investigar un poco acerca de ello.  Entrevisté gente de las religiones que abundan en mi país (Guatemala) y busqué referencias de cultos y religiones de otras partes del mundo, si, la Internet es una bendición de Dios... del Dios en el que usted cree por supuesto, no se enfade.

Al final de cuentas entendí que, efectivamente la culpa no la tienen los dioses, sino sus adeptos. Por un momento pensemos que todos los dioses existen y se encuentran en ese lugar especial al que todos ansiamos llegar. Pensemos que están reunidos en una mesa charlando en armonía y planificando una broma para la primera persona que llegue a tocar la puerta del cielo "Entonces, si es cristiano le recibes tu Buda" divertido ¿no? y es que si todos o un solo ser supremo hay, y este es un ente de amor ¿no cree que todos los seres humanos serían recibidos de la misma forma, hayan creído en uno u otro?

Me di cuenta que el problema radica en nosotros, los mortales que tenemos una vida transitoria en este mundo. Que nuestro paso por esta tierra es ínfimo y que probablemente hagamos más mal que bien al planeta que nos brinda la oportunidad de existir. Somos nosotros los que hemos hecho de lado las enseñanzas de amor que los libros sagrados enseñan y nos centramos en el debate de "quien tiene la razón" Y es que sería una gran vergüenza que pasemos toda una vida profesando una fe, para que al final de cuentas resulte que la fe del vecino era la correcta y no la mía.  Para un ser humano arrogante y hedonista esto no es factible "si a mi me enseñaron una religión, así es, tenga o no la razón".

Y es por esa misma terquedad egoísta que nos terminamos enfadando con el vecino, es por esa razón que hay distanciamientos, que surgen las guerras, que hay muertes.

Pero retomemos que el orgullo propio no es todo el problema.  Profesar una fe significa afiliarse a una religión perfectamente establecida que maneja fondos de los "afiliados" y que la administración de los mismos genera sus propios problemas. Y es que a los ojos ajenos no pareciera justo que una persona necesitada de sus ingresos monetarios (si, libremente, eso ya nos lo han dejado muy en claro las iglesias y no vamos a  hablar de temas como -manipulación- en esta ocasión) los termine dando a una entidad y luego llegue a casa diciendo a sus hijos "hoy no cenaremos, vamos a orar para que nuestra deidad nos provea la próxima semana" ¿Empezamos a ver problema?

Por último, al establecer comunidades y organizarse en ellas surgen dos preguntas ¿quién administrará ese dinero y quién será el líder de este grupo? Y ello nos lleva al tercer problema: El poder. Si una persona asiste a un grupo social o religioso, por naturaleza humana, este tratará de escalar en esa sociedad para procurar un puesto de poder, no es necesario pensar mucho, así somos los seres humanos. Por más humildes que aparentemos ser, no querremos ser el último de la fila y querremos estar al inicio de esta tarde o temprano. ¿Y qué pasará cuando al fin usted llegue a un puesto de poder? tendrá el poder, tendrá acceso a los fondos monetarios y tendrá credibilidad. Usted será admirado.

Entonces, en ese momento. Si alguien le demuestra que usted no tiene la razón, que su creencia tiene un error ¿dejará la credibilidad de sus adeptos, dejará el dinero y dejará el poder por eso? haaa por supuesto que no. Yo no lo haría y seguro que usted tampoco. Y es por esos tres factores que muchas personas reclutan "seguidores radicales" los que están dispuestos a defender ciegamente al que ostenta el poder.

Ahora hágame un favor. En lugar de empezar a sonrojarse y odiar a este humilde escritor que solamente está diciendo la verdad, en lugar de mandarme al infierno y esperar a que el demonio me esté picando el trasero con su tridente por toda la eternidad ¿Que tal si reflexiona y pide disculpas a su deidad? sería fantástico si todas las religiones realmente respetaran al creador (sea quien fuere) y en lugar de estar pidiendo todo el día agradecieran lo que tienen y lo que les viene tal cual.  En ese momento los templos dejarían de ser lujosos, las personas se preocuparían menos en sus vestidos dominicales y más en compartir amor al prójimo.  Trate, el creador se sentirá orgullos de usted y usted dará un buen testimonio de él.