miércoles, 31 de diciembre de 2014

Moriré con las botas puestas

Termina el año y entre recuerdos y cosas que se van, en esta oportunidad debo sacar ya de circulación a unas compañeras inseparables en mi vida.  Y es que por más que traté de alargar su vida, su inevitable fin llegó. 
Más que un simple calzado, mis botas me acompañaron desde ¿Cuándo? ya no lo recuerdo, pero a decir verdad no hubo un concierto de Metal a donde ellas no me hubieran acompañado; me ayudaron a escapar más de una vez de los vigilantes de oficio y pasé contemplándolas mientras el tiempo se iba en interminables charlas junto a los amigos y unas cervezas. En total recorrí miles de kilómetros divagando en mis idas y venidas de la nada y en los peores y mejores momentos me sostuvieron firme plantándole cara a lo que venía. 
Cuando el destino dictaminó un cambio de planes estuvieron allí presentes ante las disertaciones magistrales que la vida me llevó a tomar.  Silenciosas aceptaron el cambio de escenario y orgullosas me sostuvieron ante una sociedad que las juzgaba por su aspecto desgastado y pesado. Y, como era obvio, no se podían ir de la batalla sin este corto, pero justo homenaje a su fiel trayectoria y formidable compañía. 
Ahora, solo pienso que al momento de dejar esta dimensión, sean ellas quien me acompañen al otro lado del silencio, porque pienso partir con ellas, pienso morir con las botas puestas.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Lucy

Tenía un puesto de mando medio en un banco regular de su comunidad. Con dificultad había logrado casarse con una de las pocas chicas que se fijaron en él cuando joven. Ella, una obsesionada con los niños vio en él el candidato perfecto para procrear y cuando así fue, se dedicó de lleno a ellos dejándole en segundo plano. Él lo sabía perfectamente, pero se conformaba con el hecho de llegar a una casa donde había otros seres humanos que rompieran con sus peleas el tortuoso silencio.

Una noche mientras dormían, quiso acercarse a su compañera pero ella, dándole la espalda realizó un quejido de cansancio para quedarse profundamente  dormida.  Ese día entendió que ella jamás volvería hacer el amor con él. Los días pasaron y su deseo se hizo cada vez más grande. No soportaba llegar al trabajo y ver a las hermosas secretarias dejar ver sus piernas cruzadas por debajo de los escritorios, o sus deseables escotes cuando él de pie les solicitaba algún reporte. Llego al punto de quedarse tarde trabajando solo para ver las siluetas de las señoras que realizaban la limpieza del edificio o llegar a la cafetería de enfrente solo para ver cómo  la camarera subía con dificultad la estantería para alcanzar el café más alto que él pudiera pedir. Todo con tal de ver sus regordetes tobillos.

Un día pensó que se estaba volviendo loco o en un enfermo sexual, y la culpabilidad impuesta en la misa de las siete le impedía rigurosamente terminar el mismo con su tormento. Una noche, debido a las construcciones de la avenida principal, tuvo que tomar una ruta alterna y pasó por ese callejón sucio del costado trasero de su ciudad. Vio a lo lejos lo que parecía haber sido un local grande con un rótulo entre caído que anunciaba un nombre sugerente para caballeros.

Entró.

Pidió un trago y mientras con desconfianza lo tomaba se acercó a él Lucy; una hermosa chica joven que mientras jugaba con su cabello le pidió que la invitara a una bebida. Él inmediatamente accedió y brindaron por la soledad y la rutina. Al término de la negociación subieron a un mugroso cuarto donde se encontraba una cama, una mesa de noche y cuadro viejo. Cuando ella estaba a punto de iniciar su rito cotidiano él la interrumpió pidiéndole que fingiera que lo amaba. Inclusive insistió en pagar una cuota extra por ello.

La segunda vez que se encontraron fue en el apartamento de Lucy con una cuota extra por ello y por fingir que lo amaba. Para la sexta oportunidad él le llevó un presente y ella dejó de cobrarle la cuota extra por ir a su casa. dos horas después le prepararía a Lucy un café y ella lloraría mientras le contaba la mitad de su vida.

Cuando cumplieron un año de frecuentarse él llevó vino para celebrar y ella dejó de cobrarle la cuota extra por fingir que lo amaba. Lucy dejó claro que ahora eran amigos, pero que seguían teniendo una relación comercial y el asintió con la cabeza sin decir ni una palabra. Ambos sonrieron modestamente.

Él pensó que al fin había un balance: Su esposa, seguía recibiendo el dinero que necesitaba para mantener a sus hijos. Él podía relacionarse de forma normal con las mujeres que lo rodeaban en su trabajo y Lucy al fin tenía un amigo con el que podía hablar.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Con orgullo y satisfacción

Esteban regresó de la fábrica y saludó cansado a su familia. Leonor le dijo que debía buscar su mejor ropa porque Mr Lemmy Dickinson y su familia, los misioneros cristianos del barrio los habían invitado a cenar. Esteban se arregló lo mejor que pudo y junto a su familia llegaron a la casa del fondo donde vivían la familia Dickinson. Al entrar su rostro no pudo ocultar el asombro al ver aquella casa de construcción nacional pero con decoración del país de origen de sus anfitriones. Cortinas hermosas adornaban las ventanas y un piso pulcro les invitaban a sentirse minimizados.

Amablemente Mr. Lemmy les invitó a pasar al comedor que para asombro de Esteban se encontraba en otro ambiente distinto al de la recepción, y era lógico, la casa de Esteban no era más grande que aquella hermosa sala que podía ver a su derecha.

En la lustrosa mesa le esperaba un enorme pavo horneado al mejor estilo de las revistas que a Leonor alguna vez le habían regalado. Todos se sentaron a la mesa y rápidamente Mr Lemmy pidió que todos se tomaran de las manos y elevó una plegaria para dar gracias por la comida y sus invitados.  Mientras comían la familia Dickinson contó a la familia de Esteban que esa era una tradición en su país y que era para agradecer por las cosechas o por las bendiciones obtenidas en ese año. Al día siguiente los Dickinson aprovecharían las ofertas de las tiendas del centro comercial y esperarían una feliz navidad con abundancia y alegría.

Al siguiente año Esteban salía de la fábrica y vio un cartel publicitario que invitaba a hacer compras impulsivas el viernes. Él recordó aquella hermosa cena del año pasado y decidió distinguirse de sus vecinos haciendo él una cena similar.  Pasó al centro comercial cercano y pidió un crédito para comprar una mesa de mediana calidad, un sofá que estaba en oferta  y unas cortinas rojas con adornos blancos para colocar en sus ventanas. Pasó al mercado y comprando una gallina nacional, verduras y una botella de aguardiente para acompañar. Llegando a casa pidió a Leonor que preparara la gallina e invitó a Julio y su familia para agradecer por el buen año que habían tenido.

Llegada la noche se vistió con sus mejores ropas y recibió a sus vecinos con orgullo y satisfacción. Les pidió que se tomaran de las manos y dio gracias por el buen año que habían tenido. Esteban le contó su historia a Julio y le invitó a hacer lo mismo el próximo año con otra persona que tuviera necesidad.


Al año siguiente Julio salió de la construcción y de regreso a casa pasó comprando paches en la tienda de la esquina, compró café, pan y llegó a casa. Dio un beso a su esposa e hijos y como solía hacerlo día a día, dieron gracias por la comida. Platicaron largo y tendido y rieron mientras los niños contaban como habían volado ese barrilete que el fin de semana construyeron.  Marina sugirió ideas para  la creación del nacimiento de este año y Julio recordó con nostalgia a la familia de Esteban que hacía unos meses perdió su casa porque no pudo pagar un crédito en el centro comercial.

Y no pudo ser

Se conocían desde muy pequeños en las amenas reuniones que sus madres regularmente tenían el jueves por la tarde. Jugaron a las escondidas y adivinanzas mientras comían galletas; Vieron caer el sol una tarde y en una ocasión se quedaron dormidos mientras hablaban. Ella aún recuerda el momento cuando de adolescentes se quedaron viendo fijamente sin palabras y sin saber qué hacer.  Y aunque  su pareja actual es fenomenal, ella no logra olvidar a su compañero de juegos del que nunca logró probar su amor.

Le conoció virtualmente y se hicieron buenos amigos. Cuando ella terminó con su pareja él la consoló a la distancia y sus consejos le ayudaron a seguir adelante. El destino les permitió reunirse el día que ella viajó a su país y su conexión personal superó por mucho a la virtual. Ese día hicieron el amor con pasión y ella gritó mientras abrazados, su sudor se mezclaba. A la mañana siguiente mientras ella se vestía esperando la invitación a no irse escuchó su voz entre dormitada preguntar ¿algún día te volveré a ver? y ella le susurró al oído “más pronto de lo que te esperas” sin embargo estaba segura que eso jamás llegaría a pasar.

Se besaron por última vez y prometieron no olvidarse. Ella abordó el avión y el retornó a casa y mientras jugaba con su pequeña hija soltó una  lágrima, su esposa le besó la frente y se fueron a dormir. Ambos lloraron. Ella salió al parque y mientras su esposo jugaba con sus hijos ella lanzó un beso al viento que él recibió ese mismo día cuando veía a su hija graduarse de secundaria.

Llegó corriendo y dando pequeños saltos. Él logró ver a lo lejos como su falda colegial dejaba ver sus piernas adornadas por unas calcetas blancas con zapatillas negras.  Le abrazó con fuerza y su pequeña cintura quedó cubierta por sus portentosos brazos. A la fecha no ha habido un beso tan apasionado como el que se dieron ese día. Ocultos tras la esquina, la pared sin repellar fue testigo de su pasión. Se despidió coquetamente satisfecha de haber sacado una sonrisa en su rudo rostro y mientras corría del lugar le mostraba la portada de la tesis que él hoy debía presentar. Él se fue entusiasmado de aquella esquina sin saber que por reprimenda materna ella jamás volvería a verle.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Gris máquina

Y mientras tomaba unos tornillos y clavos escuché al otro pasillo que un individuo dijo "quiero esa pintura, si, ese color: Gris máquina" Mi rostro se quedó sin expresión alguna y mi cuerpo en inamovible postura mientras mi mente viajó rápidamente por los rincones más estrechos de mi cerebro hasta que rescató una época dorada cuando mi padre llevó a casa aquella  hermosa motocicleta vieja con la consigna "hay que repararla"

Recuerdo hacerle mantenimiento y lavarla con esmero para que las partes cromas brillaran. Todo con tal que me dejaran salir en ella a recorrer los caminos bajo un cielo celeste de noviembre que de seguro me miraba con envidia. Casi pude ver aquella motocicleta de pintura desgastada que cubrí con aquel color que hoy mencionaban y que me hizo recordar tan gratos momentos.

No hay modo

Y lo que debe suceder, sea bueno o malo nos sucederá. Solo procuremos aceptarlo como viene y con optimismo.

La ironía de la vida

Hay muertos que quisiéramos vivos a nuestro lado y hay vivos a nuestro lado que quisiéramos muertos.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Sin traje regional

Comenzó siendo un método de clasificación y dominación. Con el tiempo, el vestuario multicolor se llegó a enraizar en las personas que los portaban y terminó siendo un símbolo de identidad de una región o una comunidad.
Sin embargo, en la actualidad existen personas que todavía ven los trajes regionales de forma peyorativa.  Que consideran que quien porta uno es “indio” y por consiguiente, de estatus inferior. Aún en la actualidad es posible, aún hoy, así es.
No deja de sorprenderme ver a personas portando con orgullo playeras con la imagen del Che Guevara y sintiéndose defensores de los derechos del hombre, pero en sus muros de Facebook publican chistes gráficos sobre Rigoberta Menchu; colocándole frases cómicas relativas al lenguaje típico de las personas maya hablantes o colocando frases contradictorias a las imágenes que presentan de Rigoberta ¿Será que pecado de Rigoberta Menchú es mantenerse fiel a sus raíces, a no renunciar a su traje regional, o tal vez sea que preferimos importar héroes como el Che en lugar de admirar a personas como Menchú que tiene un Premio Nobel de la Paz?
Pareciera que a los guatemaltecos no nos gusta que una persona de origen maya deje el campo y se suba a la palestra empresarial, política o religiosa.  Como que no nos gusta reconocer nuestras raíces; no nos gusta nuestra gente; no nos gustamos a nosotros mismos.
Tampoco estoy pretendiendo inducirle a cambiar su vestimenta actual para portar trajes regionales guatemaltecos.  Nada por el estilo.  Solo me da la impresión que a veces pareciera que estamos más preocupados de cómo se visten los demás, en vez ver cómo nos vemos nosotros vistiéndonos de prendas importadas y criticando a quien se mantiene firme en sus raíces.
Si el destino le designó nacer en una zona urbana en donde no se utilice un traje regional, usted tendrá que buscar una identidad en alguna tendencia de moda internacional.  En una que le haga verse bien, acorde y aceptable al ambiente social en el que se desenvuelve.  Está en su derecho de buscar una identidad y cómo verse bien.
Pero, ¿por qué molestarse con su hermano porque usa traje regional? Si usted se jacta de pagar impuestos, no es solo para que arreglen el bache de la calle donde vive.  Sus impuestos también sirven para construir escuelas en el interior del país, donde muchos guatemaltecos aprenden a apreciar sus raíces, a portar con orgullo su vestimenta regional ¿o acaso pretende que solo la gente de la capital vaya a estudiar y superarse; cómo quiere que Guatemala empiece a superarse si usted se burla de sus hermanos mayas cuando los ve en puestos de importancia vistiendo traje regional?
De hecho, cada día hay más gente con traje regional en puestos importantes.  No se enfade. Siéntase feliz porque Guatemala está avanzando.  Cuando vea a sus hermanos mayas destacar en las actividades del país ¡Anímelos! Comparta su éxito, porque es suyo también.  El orgullo con el que él porta su vestimenta, también le hace ver bien a usted, imagínese como nos verán internacionalmente “los Guatemaltecos están unidos, trabajan en armonía ladinos y  mayas” Trabaje, esfuércese y fomente el desarrollo de sus hermanos, de usted, de su país, de nuestro país.

miércoles, 20 de agosto de 2014

El reto de hacerse el tonto -El reto ice bucket-

El reto "ice bucket" en principio es interesante: Haces una donación monetaria a diferentes organizaciones que investigan acerca de la cura contra la esclerosis múltiple y luego, publicas un vídeo donde te echas una cubeta de agua helada encima simplemente para llamar la atención y retar a otras personas que hagan lo mismo que tu en un lapso de 24 horas. Personalidades del deporte y el cine lo han hecho y, efectivamente han logrado captar la atención de las personas y las donaciones se están haciendo efectivas.

Ahora bien, aparte del cuestionamiento ¿Que personas de qué países y a qué precio se verán beneficiadas? surge otra pregunta interesante ¿Porqué hacer el ridículo, porqué no hacer el vídeo con un comprobante en mano motivando a hacer donaciones? No, el reto consiste en donar plata de forma "misteriosa" y luego hacer el ridículo frente a todo el mundo sin ninguna referencia a la donación o el beneficiario. Y es que si Messi, Justin Bieber y el mismo Bill Gates lo hacen... ¿Porqué yo no? total, el hecho se ve divertido y pareciera inocuo.

Lo preocupante de esto es la tercera pregunta ¿Que estará sucediendo detrás de este estúpido reto viral? Porque amigo lector: Mientras la gente se entretiene viendo a otras personas echarse una cubeta de agua fría encima, en Internet, otras gentes mucho más hábiles aprovechan esa distracción para hacer leyes y políticas donde las esferas de poder obtengan mejores beneficios mientras que la masa siga anestesiada con gatitos bailarines y cubetazos de agua. Ya lo dice la primera ley de Noam Chomsky: "Desvía la atención del público de los problemas importantes"

Pero por favor, no me tilde de amargado, aburrido o conspiratorio. Piense que no es una casualidad que durante la fiesta futbolera que acaba de pasar, misteriosas leyes se gestaron en varios países del mundo. Como ejemplo está la ley "monsanto" aprobada recientemente en Guatemala y  que habla de la venta obligada de semillas transgénicas y que, efectivamente, se aprobó en el mismo espacio de tiempo donde el ingrato de Messi no saludó a un niño.

Entonces usted, mucho más inteligente que las grandes cúpulas de poder no se dejará engañar por cortinas de humo ni trucos infantiles que desvían la atención de los problemas reales y no caerá en el juego de hacer el ridículo en público tirándose agua a usted mismo sin ninguna razón aparentemente razonable.  Eso si, asumiendo que se tomó el tiempo de leer estas líneas y no cayó en el nuevo vídeo de los gatitos que se echan una cubetita de aguita heladita.

lunes, 4 de agosto de 2014

Ellas

Sus padres hicieron el acuerdo cuando ella aún era una niña.  Al tiempo los casaron de forma casi obligada y ellos asintieron. Él tuvo ojos para su compañera de trabajo y ella conoció el amor en el supermercado. Se separaron al cabo de muchos años y ahora ella enseña a sus hijos el amor antes que los compromisos sociales.

Su amor fue intenso, más de lo que alguien pueda imaginar. Él quiso respetarla pero su instinto primitivo le llevó a embarazar a otra persona.  Ella se refugió en el amparado de un viejo amigo y en las tardes de lluvia aconseja a sus hijos la cautela en el amor.

Se enamoró de un hombre que disimuladamente la veía por las tardes en el café. Salieron un tiempo y no dudaron en vivir juntos. Tuvieron hijos y ahora ella les habla de un mágico amor.

Nació en un barrio muy pobre y apenas les alcanzaba para comer.  Conoció a su pareja desde muy joven y el sexo se volvió en su prisión. Pensó que saliendo con un tercero su situación económica cambiaría, pero no fue así.  Mientras más dinero sacara de los hombres con los que dormía, más gastos hacía para su propio beneficio. Sus hijos le pedían alimento y ella les reprochaba con gritos y castigos. Mientras su esposo callaba, ella seguía adulterando con cuanto hombre encontrara. En público abrazaba y daba consejos de moralidad a sus hijos, ellos aprovechaban el momento para soñar que tenían una familia normal.

Después de tener varias parejas conoció al hombre de su vida. Un día le contó su sufrimiento por las burlas del pueblo y juntos se fueron muy lejos para comenzar una nueva vida. Ella aconseja a sus hijos el cuidado en la búsqueda de la pareja perfecta.

Su apetito sexual la traicionó y tuvo un hijo. Aprendió la lección pero no pudo evitar tener varias parejas sexuales para satisfacer su hambre. Puso mucho empeño para que su niño no se enterara y, como nunca se juntó con hombre alguno, murió en los brazos de su hijo que ahora era médico.

Ese sórdido amor había terminado y su gran amigo la confortó. Su consuelo se mantuvo por décadas y juntos cenan todas las noches haciendo bromas y dando consejos de fraternidad a sus hijos.

Tuvo un sueño que no se cumplió y el tipo se fue. Sola  lloraba su pérdida y se preguntaba una y otra vez cual habría sido su error.  Pero al ver a su hijo encontró la razón para vivir y perdonó a aquel que un día le hizo un regalo especial.

Lo conoció en una aula universitaria y no dudó en entregarse a él en cuerpo y alma. Juntos tuvieron días buenos y malos.  Ahora sus hijos constantemente desean escuchar la historia de amor que adornan sus tardes de verano.

viernes, 23 de mayo de 2014

Mientras dormía

Llegado el medio día, Alda le vio fijamente y notó que no respiraba; Cubrió sus pies y salió corriendo a confesar su crimen ante el sacerdote druida.

“He de confesar que odiaba a Melvin; desde el día que me robó de la casa de mis padres, pasando por los tortuosos momentos en que saciaba su placer con mi cuerpo, hasta los días que me golpeaba, inclusive con el tarro que aún traía de la taberna”.

El sacerdote escuchaba mientras su nariz rosaba sus dedos índices que permanecían unidos en inquietante calma.

“Un día retornó de una batalla y al verme, con violencia me despojó de mis vestidos y tumbándome en la cama me mancilló.  Al terminar su salvaje acto me pidió cena y se fue a la cama.  Me exigió que le cubriese con más cobijas y se durmió.  Mientras él dormía, yo le veía con desprecio y repulsión, fue en ese momento que decidí destapar sus pies. Así lo hice por varios días hasta que empecé a ver un cambio en su semblante.

Vi como su piel se oscureció mientras su rostro dejaba de ser duro y empezaba a palidecer. Le dolía el vientre y el pecho. Vi su mirar tornarse amarillo como el sol pero aun así, mientras dormía, yo seguía destapando sus pies por las noches, no importaba si hubiera calor o tormenta, yo seguía destapando sus pies noche tras noche.

Ayer, a las afueras de la casa vi su orín oscuro como el anochecer, pero aun así  le destapé los pies. Hoy no se despertó y cuando llegué del pueblo me di cuenta que su ser ya no existía más".

El sacerdote se levantó y sin mediar palabras con Alda salió del lugar y al cabo de un momento retornó con los guardias que la apresarían.

Esa misma tarde Alda fue juzgada y encontrada culpable de asesinar a un soldado de Esus, dios de la guerra, y al atardecer fue decapitada en la plaza pública. Posterior a su muerte, muchas mujeres fueron acusadas del delito de “destapar los pies” y la historia con el tiempo se convirtió en leyenda.

Hoy, casi mil años después aún se recuerda una vaga historia de la mujer que mató a su marido destapándole los pies por la noche, sin saber que Melvin sucumbió ante una hemocromatosis, que desafortunadamente también se llevó a Alda a la tumba.

viernes, 4 de abril de 2014

Levantate y anda.


"Todo su poder, su inmensidad, de nada sirven en soledad".

Juego un triste papel que nunca podré llegar a entender. Hoy pongo a prueba mi fe, mi vida daré y no sé por qué.
Quieres que pidan perdón, quizás tú también hayas hecho algo mal. De tanto volar caerás, tendrás que aprender a caminar.

Ellos creyeron en ti, fue tu voluntad, por eso estoy aquí. Deben rezar por vivir, por ellos hoy voy a morir. 
Tus hijos se ha de guiar por todo lo que yo les enseñé, y un día comprenderán que han de alzarse y caminar.

Por tu error hoy debo pagar, los mortales deben alzarse y andar, no depender de nadie mas, de ningún otro ser.
 

En tu nombre he de cambiar toda la historia, soy solo un hombre más.
Ésta cruz no es la verdad, ni tú la gloria.  Dales libertad, esa es la verdad.

Escrio por Alberto Rionda.

 

miércoles, 1 de enero de 2014

Alguien que sobrevivió al 2013.

Comencé el 2013 con un pequeño dolor de espalda, era obvio pues tenía treinta libras de sobre peso, pero eso no evitó que mi primera comida fuera abundante. Lo que yo no sabía era que el nuevo año me traería grandes lecciones. 

Solo seis días después el gran Don Oswaldo decidía partir de este mundo dejándonos un gran vació en el corazón pero un sin número de sonrisas y recuerdos que nos acompañó el resto del año. Con mucho esfuerzo llevé el ataúd a su última morada pues empezaba a sentir los síntomas de lo que sería una de mis peores crisis de artritis en mis veinte años de padecer la enfermedad.  Llegó un punto en el que mi gitana debía ayudarme a vestirme y llevarme al vehículo para que me fuera a trabajar.  No miento cuando digo que me dolía todo el cuerpo, todo.

Vi un rayo de esperanza cuando escuché que una de mis bandas favoritas de Heavy Metal venía a tocar a mi país.  Los había esperado por más de veinte años, pero no fui al concierto. Ese mismo día de febrero tuve lo que el cardiólogo luego diagnosticaría como “ataque isquémico transitorio” que me dejó suspendido por un par de semanas.  Mi colesterol estaba por las nubes y los años de desmedidas comidas y bebidas estaban pasando la factura.  Eso, aunado con los problemas artríticos hizo que mi ánimo decayera.

Empecé un riguroso tratamiento para mejorar mi salud, pero, como era de esperarse, la dieta debía ser estricta pues debía controlar mi corazón y la artritis.  Como consecuencia empecé con problemas de ansiedad que me hicieron casi enloquecer.
Me despertaba por las noches con la sensación de una muerte inminente y debía llamar a los paramédicos para que pudieran estabilizarme.  Vaya si en este 2013 no hice llorar a mi gitana y  a mi madre.

Llegando la mitad del año nos despertamos de madrugada desesperados pues mi gitana sufría a consecuencia de un dolor insoportable a su costado derecho.  Tuvo que ser intervenida en el hospital para ser extraída su vesícula.  Ahora tenía la oportunidad de retribuirle en cuidados lo que ella había hecho conmigo durante todo el año; dolía el cuerpo, pero cuando se ama a tu compañera de vida se hace con satisfacción, sentí que esos momentos  nos unían más. Mi amigo, mi gran amigo que es como mi hermano me daba fuerzas para seguir adelante, y en algún momento pensé ver a mis familiares y amigos, a mi gitana y a "los higos" desde la gradería dándome ánimo mientras recorría la carrera del 2013 ¿podré llegar a la meta?

Sin embargo, en la otra gradería me pereció ver a mis detractores que se tomaron el tiempo de recriminar mi ateísmo y “dar gracias a dios” por nuestro sufrimiento, atribuyendo un “castigo divino”. Me obligaron  a decir “si he de morir será luchando de pie y no de rodillas” lo que para mis acusadores fue mi condena de muerte. En efecto, hubo falsas amistades que se empezaron a regocijar por mi inminente condena “jamás terminarás el 2013”.

Unos amigos muy queridos -de esos amigos sinceros que te estiman seas como seas- llegaron de visita y cuando se retiraban y los acompañaba a la salida tuve mareos y terminé en el suelo.  Uno de ellos (médico de profesión) me dijo “creo que tienes problemas de presión” así que comencé una nueva etapa de tratamientos y medicamentos para controlar mi salud.

Todos esos momentos difíciles afectaron a mis higos y mi gitana se vio en aprietos, pero siempre hubo ánimo y esperanza.  Siempre tuve a mi gitana a mi lado, a los higos allí, acostados a mi lado, a mis padres al pendiente, a mi gran amigo, a mis amigos, a mis buenos amigos a mi lado, dándome fuerzas y animándome; y si bien es cierto que no pude ser muy sociable este 2013 ellos siempre estuvieron allí ¿ahora si vamos a ir a tomar fotos? No faltó la eterna invitación de mi amigo que siempre estuvo a mi pendiente.

Todas las risas, los buenos momentos, los amaneceres, el viento, la lluvia, la música, todas esas pequeñas cosas que alegraron mis días y me dieron fuerzas son las que me hicieron sobrellevar el 2013 y si bien es cierto que podría estar enfadado o molesto por el año recién pasado, en realidad me siento agradecido, pues pude tener una visión de la realidad, de lo que importa y de lo que es relevante. 

Ahora aprendí a tener un cuerpo sano, a que el ejercicio no solo es para beneficio del cuerpo sino que puede ser tomado como momento de compartir con la familia, con la pareja.  Aprendí que un amigo esta allí, en las buenas y en las malas, que hay gente negativa que hay que pasar por alto y que cada momento se debe vivir con intensidad, como si fuera el último momento de tu vida, y aprendí que las cosas que vienen en cada año no se recriminan ni se discuten, se aceptan y se llevan con optimismo y confianza.

El 2014 debe ser un año de más investigación, de lectura, de conocimiento pero también de  esperanza, de salud y ejercicio, de amistad y sobre todo de amor. ¿suena cursi o trillado? Posiblemente, pero recuerde mi querido lector que lo esta escribiendo alguien que lo experimentó, alguien que sobrevivió al 2013.