Se conocían desde muy pequeños en
las amenas reuniones que sus madres regularmente tenían el jueves por la tarde.
Jugaron a las escondidas y adivinanzas mientras comían galletas; Vieron caer el
sol una tarde y en una ocasión se quedaron dormidos mientras hablaban. Ella aún
recuerda el momento cuando de adolescentes se quedaron viendo fijamente sin
palabras y sin saber qué hacer. Y
aunque su pareja actual es fenomenal,
ella no logra olvidar a su compañero de juegos del que nunca logró probar su
amor.
Le conoció virtualmente y se
hicieron buenos amigos. Cuando ella terminó con su pareja él la consoló a la
distancia y sus consejos le ayudaron a seguir adelante. El destino les permitió
reunirse el día que ella viajó a su país y su conexión personal superó por mucho
a la virtual. Ese día hicieron el amor con pasión y ella gritó mientras
abrazados, su sudor se mezclaba. A la mañana siguiente mientras ella se vestía esperando
la invitación a no irse escuchó su voz entre dormitada preguntar ¿algún día te
volveré a ver? y ella le susurró al oído “más pronto de lo que te esperas” sin
embargo estaba segura que eso jamás llegaría a pasar.
Se besaron por última vez y
prometieron no olvidarse. Ella abordó el avión y el retornó a casa y mientras
jugaba con su pequeña hija soltó una
lágrima, su esposa le besó la frente y se fueron a dormir. Ambos
lloraron. Ella salió al parque y mientras su esposo jugaba con sus hijos ella
lanzó un beso al viento que él recibió ese mismo día cuando veía a su hija
graduarse de secundaria.
Llegó corriendo y dando pequeños
saltos. Él logró ver a lo lejos como su falda colegial dejaba ver sus piernas
adornadas por unas calcetas blancas con zapatillas negras. Le abrazó con fuerza y su pequeña cintura
quedó cubierta por sus portentosos brazos. A la fecha no ha habido un beso tan
apasionado como el que se dieron ese día. Ocultos tras la esquina, la pared sin
repellar fue testigo de su pasión. Se despidió coquetamente satisfecha de haber
sacado una sonrisa en su rudo rostro y mientras corría del lugar le mostraba la
portada de la tesis que él hoy debía presentar. Él se fue entusiasmado de
aquella esquina sin saber que por reprimenda materna ella jamás volvería a
verle.
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