miércoles, 29 de diciembre de 2010

¿Metalllica o Megadeth? conciertos en Guatemala

Quisiera aclarar que esta entrada está dedicada especialmente a los amantes del precioso género musical: Heavy Metal, específicamente Thrash Metal. Aunque suelo escribir de otras cosas, el rock siempre ha estado en mis venas y me veía obligado a hacer este análisis comparativo que como bien lo dije en su ocasión “lo dejaré a finales de año para ser lo más objetivo posible”

Este año está por terminar y yo aún sigo con la mente en aquellos dos conciertos míticos que hicieron retumbar a esta golpeada y triste Guatemala.

Y claro la pregunta entre los amantes del Metal sigue en pie ¿Metallica o Megadeth? Aunque bien está claro que con dos de los grandes exponentes del género no se debieran comparar, el fenómeno que ocasionaron los conciertos y la clara diferencia de audiencia me hacen reflexionar y comparar. No quiero entrar en la historia de las dos bandas pues se perfectamente que quien lea estas líneas las conoce de sobra. Tampoco quiero entrar en la polémica de quien fue la primera banda del género y no quisiera que los comentarios giren entre sí “Metallica fue el primero o el género se puede rastrear desde Motorhead”

La noticia allá por diciembre del 2009 que Metallica por fin vendría a Guatemala me impacto ¡al menos uno de los grandes vendría y yo estaría allí! Recuerdo haber hecho fila con compañeros de trabajo el primer día que vendieron las entradas como una muestra de la lealtad al género más que por el rumor que se acabarían el mismo día (aunque confieso que por un momento lo creí) guardé mi entrada y la fotografié, desde ese día me dediqué a ladiscografía de Metallica, su biografía, todo me empapé nuevamente. Vibré con esos acordes que allá por finales de los ochenta me hicieron sentir fuerte. Sin embargo poco a poco vi como el fenómeno de mi juventud se regó como una epidemia por un sinfín de personas en mi país. Gente que jamás pensé que se interesaría por el género ahora irían al concierto de Metallica. El concierto se estaba convirtiendo en moda. Niñitos snob, desertores del rock, todos ahora irían al concierto de Metallica, inclusive escuche el anuncio en la radio que escuchan mis hijos de siete años. Pensé que la fiebre de Metallica era buena, ya que la afluencia traería a otros grupos de renombre, y así fue, cuando estando en el estadio recibí un volante que decía “Megadeth en Guatemala” recuerdo haber visto para todos lados atónito por la sorpresa pero no encontré mucho eco en los presentes.


Para que haré la cronología del concierto si por todos es conocido que estuvo genial, Metallica vino a dar el espectáculo que los amantes del género esperábamos, de hecho, sabíamos anticipadamente la lista de canciones y hasta el escenario en el que estarían, la pirotecnia fue genial y en fin, un banquete de Metal. Claro está que los comentarios de los siguientes días no dejaron de darme más de un dolor de cabeza (y hasta de estómago) cosas como “naa no fue tan bueno” hasta la blasfemia de “he visto mejores” ¿he visto mejores? Mis oídos no dieron crédito a lo que escuchaba ya que este pequeño servidor ha estado en muchos conciertos en Guate (y desde hace varios años) y jamás había visto un espectáculo de esa magnitud en tierras Guatemaltecas (sigo refiriéndome al género)


No dio mucho tiempo de recuperarse del golpe “death magnetic” cuando ya estaba de nuevo repasando la discografía de Megadeth. El pelirojo enardecido vendría a mi país y yo le vería tocar con rabia sus temas que en su momento me hicieron fortalecer mi espíritu metalero. Cuando escuché que tocarían todo el “Rust in Peace” me quedé atónito. Me enteré que en varios países se habían agotado las entradas en los primeros tres días de venta y pensé que este sería el concierto del año. Pero más sorprendido me quedé cuando no escuché más promociones en la radio, cuando me di cuenta que todos aquellos que juraron amor por Metallica ahora no conocían ni siquiera el nombre de la siguiente banda que estaría en mi país. El concierto de Metallica había sido un éxito en taquilla, pero me di cuenta (con fuertes sospechas desde el inicio) que en ese concierto estuve rodeado de unos 40,000 curiosos que se dejaron llevar por una moda. Ahora, en Megadeth vería a la verdadera comunidad Thrashera de Guatemala, los herederos del trono del Metal se darían cita, no importando que el concierto lo hicieran en el lugar más despreciable de Guatemala para conciertos de Metal. Ni su nombre quiero mencionar por el asco que me da recordarlo. Creo que eso influenció mucho la poca asistencia, pero si yo siendo viejo hice lo imposible por llegar ¿no lo haría un supuesto seguidor del Thrash?


Mil excusas escuché “es que salí tarde de trabajar”, “muy lejos el lugar” recordé como tuve que poner cara dura y arriesgarme en mi trabajo para ir al concierto. Por mi profesión y menester el notificar al decano que me iba a un concierto de Metal era como firmar mi despido inmediato, sin embargo lo arriesgué todo por el género y fui, junto a otros (exagerando) quinientos valientes que nos dimos cita a escuchar uno de los mejores conciertos del año. Y tampoco acá haré la cronología pero puedo decir que terminé enfermo de la garganta y con el cuello dolorido casi una semana, pero en serio, valió la pena.

Pero ahora retomo la pregunta que me planteé al inicio ¿Metallica o Megadeth? Teniendo la difícil pregunta en el aire y dado que muchos me lo preguntaron, no puedo más que dejar por un lado lo bello que fue para mí asistir a esos dos conciertos y decantarme por el concierto de Megadeth. Musicalmente no hay comparación. Cada uno con su estilo y talento, dieron lo mejor de sí y deleitaron al aguado público guatemalteco. Sin embargo, era más fácil para Metallica entregarse a un estadio lleno, que a Megadeth enfrentarse a un auditorio casi vacío.

Vi varios videos de los concierto que Megadeth dio tras dejar Guatemala y me di cuenta que acá no hubo mucha diferencia, hasta creo que fue mejor que en muchos otros países donde la voz de Mustain se afectó. Sin contar que en esos videos que vi, logré ver estadios repletos. Me pongo en los zapatos del señor Mustain salir al escenario y ver a ese público ¿le dio rabia o compasión? No lo se, pero si percibí el respeto al público y una entrega total. El lugar que ahoga el sonido y des motiva al asistente no fue obstáculo para que los verdaderos Metaleros llegaran. Logré ver varios “pit Mosh” armándose por todos lados, el público estaba más cómodo, no habían “niños bien” sorprendidos a punto de llorar en las esquinas como en el concierto de Metallica y creo que en el ambiente se generó (sin decir una palabra) la consigan “somos los que somos y demos lo mejor de sí” por eso la mayoría mosheamos y cantamos a todo pulmón los temas, todos nos identificamos.


¿Esto quiere decir que no disfruté el concierto de Metallica? ¿Megadeth es mejor que Metallica? Para nada, como dije al inicio de estas líneas, el asunto no es comparar a Metallica y Megadeth, el objetivo era comparar los conciertos, y a mi criterio muy personal el concierto de Megadeth fue más “genuino” pero no por la música en sí, sino por el público que asistimos a los distintos conciertos. Yo quisiera que en Guatemala hubiera 40,000 fanáticos del Metal, pero por mi experiencia en esos dos grandes conciertos la población no llegará a los 5,000. Solo queda esperar a que algún día venga Slayer y Anthrax y, si el concierto lo programan en la bodeguita del centro o en la casa de Juan Pérez, yo iré.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Díme donde he de volar, para poder alcanzarte

Es una impotencia que te impide hasta llorar.

El momento se acerca y se que no puedo hacer nada, es en estos momentos en los que quisiera ser más efusivo y llegar a abrazarte, pero no puedo. Fui yo ese regalo que no merecías y ahora soy yo quien no merezco haber recibido el regalo de conocerte. Esas fuertes raíces me han convertido quien soy y aunque en este fuerte árbol me sentí seguro me fui buscando plantarme a mi mismo pero no puedo. no encuentro la forma de gritarle al viento y reclamarle por la injusticia que pretende hacer contigo, pero ¿acaso no soy lo suficientemente egoísta para dejarte volar? lo he pensado mucho y creo que yo haría lo mismo. Pero por favor, dame tu sombra un poco más. Es difícil ver tus hojas caer poco a poco y sentirme imposibilitado de evitarlo, esa sabia recorre ahora mi cuerpo y me obliga a seguir adelante, aunque te soy sincero, a veces no quisiera. Mis fuerzas caen y las circunstancias me atormentan, pero el pensar en tus eternas batallas que, hasta la fecha libras en silencio me dan las fuerzas necesarias para seguir adelante.

No sabes cuanto te admiro.

Yo no quiero pretender ser fuerte como lo fuiste, creo que no puedo, la sabiduría que el viento te dio se me ha negado y mis habilidades no son ni la mitad de las tuyas. Ahora entiendo: "debajo de tus alas me siento seguro" mi visión fatalista y pragmática te la debo, por eso se lo que nos depara el futuro y si tus teorías son ciertas (y yo las creo fielmente) me dejarás las preguntas sin contestar para que yo vea si las puedo responder. No quiero, no lo merezco.

Pero es más egoísta de mi parte pretender aferrarme a ti si yo mismo te he herido. yo creé la ilusión utópica de algo que ambos sabíamos, no iba a suceder. No dejo de reprocharme por mis actos, pero ahora que veo tus frutos dar la cara al viento veo que la responsabilidad me la dejaste hace un tiempo y que tus sabias palabras me están guiando. Te quedo a deuda.

Dime donde he de volar, para poder alcanzarte.

Recordando a Sauze

Y si el mundo gira sin parar que me enseñen la salida porque me quiero bajar.

¿moriremos con un pensamiento de éxito o de fracaso?

La naturaleza humana nos lleva por distintos rumbos, tal es así que estamos al borde de nuestra propia destrucción y pareciera que ni nos enteramos. Estamos preocupados por un auto nuevo, por tener un gadget de última generación y por aparentar en las redes sociales que somos lo máximo.

Y tanto en el pasado como ahora en el presente (el que estés viviendo) es siempre lo mismo: un ser humano queriendo pasar por encima de otro para lograr el éxito. Claro está que si nos basamos en el simple hecho que todos venimos y nos vamos de este mundo con risas y lamentos pareciera que el éxito no es más que una ilusión que nos toma por sorpresa en una etapa de nuestras vidas.

Pero ¿qué es el éxito? La palabra viene del latin “exitus” que significa salida y por lo regular se le atribuye a un logro alcanzado que causa satisfacción a la persona. El éxito se da en muchos ámbitos: desde llegar a tener un hijo, vencer una enfermedad o conseguir ser promovido en un empleo.

Ahora bien, el motivo de estas líneas es porque he visto personas obsesionarse con un utópico éxito y en ese ínterin arruinar sus vidas. Cuando pierdes la visión de las cosas esa búsqueda de éxito se transforma en una serie de derrotas que te dejará solo en un mar de circunstancias de las que ya no te podrás librar. Porque ¿qué harás para conseguir el dinero que deseas o el poder que anhelas? En una sociedad como en la que vivo, una mujer es mal vista si asciende puestos o consigue dinero acostándose con el que pueda darle esas cosas ¿conseguirás el puesto prostituyéndote? Y cuando termines con dinero ¿cómo verás a tus hijos? ¿Alcanzara ese dinero o ese poder o necesitarás más? El que asciende por encima de sus propios amigos o familiares ¿disfrutará ese dinero o ese puesto solo?

Muchos han comparado la vida con el juego de ajedrez, pero tal vez lo que más me llama la atención es el hecho de que cuando el juego llegue a su final desde el propio rey hasta el peón a la misma caja volverán (me recordé de Sherpa) al final de cuentas la noción de haber alcanzado el éxito lo tendremos en la mente en el momento justo de morir ¿moriremos con un pensamiento de éxito o de fracaso; servirá ese dinero o ese puesto en nuestros últimos momentos de vida?

Como alguien muy inteligente me dijo una vez: “la felicidad radica en varios factores y no solo en uno, si tienes salud, puedes pagar las cuentas, tus hijos duermen bien, eres socialmente aceptado y tiene amor, entonces podrás pretender ser feliz” Posiblemente se me escape alguna variante, pero el punto es que en esta vida si te agobias y persigues un ideal de poder y gloria lo más probable es que termines en una miseria espiritual de la que no saldrás nunca. Disfruta la vida, agradece el hecho que puedes pagar tus cuentas y que andas en la calle con la frente en alto, sabiendo que nadie puede tildarte con el dedo. Piensa que estás haciendo bien las cosas. Es molesto ver como a veces hay personas que pisoteándote pasan por sobre ti, pero que no te atormente, al contrario: apiádate de ellos porque si sigues haciendo las cosas bien, verás que en la escalera de la vida, cuando estés escalando poco a poco, los que pasaron por encima de ti vendrán cayendo precipitadamente. Alimenta tu alma y vence con bien el mal, así sabrás que has alcanzado el éxito.