lunes, 14 de septiembre de 2009

¿Para qué? historia

¿De qué sirve la historia? nos fascina la historia, nos guste o no admitirlo, queremos saber los detalles e inicios de nuestro pasatiempo favorito, de las películas, de la historia de nuestro país, de nuestra relación como pareja, de nuestro videojuego favorito. Hace unos días conocí a una anciana que su única visión de la vida era la historia política del país. Era insistente, terca, imprudente; no de esas ancianas que dan ternura, no, era fanfarrona y molesta de escuchar. Después de dejar de escuchar a la anciana salí aborreciendo la historia, ya no quería saber de la historia nunca más. Sin embargo, hoy, y con una sonrisa en los labios, le estoy contando a usted una bonita historia de una anciana que le encantaba contar historias.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

vivo para derrotarte.


Siniestro y despreciable que tratas de devorar mi ser, mi alma reclama tu cabeza aunque sabe que no la tendrá. Te odio y desprecio, escupo tu falso pudor y tu ridícula estampa me provoca nauseas; inmerso en tus fauces siento el hedor de tu aliento, tu putrefacta saliva me traga cada vez más, quise resistir pero me heriste donde más me dolió y por amor dejé que me tragaras. Creíste haberme vencido. Pero en la oscuridad de tu vientre, entre la mierda y los intestinos entendí que te puedo hacer daño. Ahora estas condenada, porque dentro de ti soy invisible, en el silencio del anonimato puedo herirte, ahora se que desde dentro puedo darte agudos golpes que te provocarán malestar. Lloro porque te necesito, río porque te odio, vivo para derrotarte. Pudiste tragarme pero no podrás matarme.