miércoles, 30 de enero de 2013

Histeria colectiva

Me desperté muy temprano por la mañana para ir a trabajar. Le di un beso a mi esposa, coloqué la calefacción, un buen disco de Rock y me aventuré a la ruta.

No faltó mucho para darme cuenta que un sujeto bocinó tan fuerte que era evidente que se sentía molesto o presionado. Otro, por la forma de hacer cambio de luces pretendía que los demás vehículos desaparecieran.  La gente gritaba e insultaba, los carros se dejaban ir unos contra otros en completa afrenta y desesperación, bocinas, humo, caos en las mentes.

Vi la hora y pensé que en mi país muy pocas empresas empieza operaciones a las cinco de la mañana, por lo que, la mayoría estábamos en la ruta con la única misión de llegar temprano y con tiempo a nuestro lugar de trabajo.

Sabiendo que en lo personal llego una hora antes decidí hacer un experimento: como pude logré llegar al carril donde circulan los buses y escogí tomar ese carril haciendo las continuas paradas que ellos hacen, tenía tiempo y no quería que la histeria colectiva me alcanzara este día. Por otra parte, me daría la oportunidad de escoger vehículos al asar y seguir sus rutas para ver a los lugares que iban, si, me estaba divirtiendo en la ruta.

Durante todo el recorrido y con todo el tiempo del mundo pude observar que los vehículos histéricos iban, uno a uno entrando en empresas con las luces apagadas; mi corazonada era cierta, el único objetivo era llegar temprano, encontrar el mejor estacionamiento o ser el primero en marcar tarjeta.

Sin darme cuenta tocó mi turno de cruzar hacia mi lugar de trabajo y cuando me estacioné me pude dar cuenta que hice casi el mismo tiempo que si me hubiera venido pelando en toda la ruta. Con una diferencia: yo venía sonriendo mientras los otros estaban tratando de calmar su estrés.

La presión social nos obliga a competir por todo y desde niños nos enseñan que "debemos ser los primeros" no importando si esa competencia tiene o no un sentido.

Ser el primero en la ruta es imposible, siempre habrá alguien delante de ti.  No dejar pasar a alguien o rebasarla de forma violenta no te hace mejor, si no más ignorante. Tratar de ser el mejor es excelente, hay que luchar por eso, pero pienso que con calma y sobriedad se pueden alcanzar lo que queremos sin necesidad de atormentarse y sin dejar salir a nuestro ser más primitivo.

miércoles, 23 de enero de 2013

Vuelo eterno.

Rebasó la línea impuesta entre la vida y la inmortalidad, dejándonos a los mortales con nuestros problemas y dificultades. El cosmos es ahora su nuevo hogar donde junto a todos los demás viajan libres por toda la eternidad.

¿Cuando dejaremos de llorar?

El dolor y la desesperación al fin dejaron de acosarlo.  La impotencia y desconsuelo liberaron su alma. La tristeza que un día se sentó a su mesa al fin decidió irse. Todos los seres grises le vieron partir y esbozaron una sonrisa pues el momento había llegado.

¿Cuando entenderemos?

Dejando todo atrás se preocupó por avisar al consuelo y la esperanza para que nos visitaran, ahora están con nosotros.  Nos susurran al oído tratando de explicar cual fue su destino. Con ellos de compañía hicimos los ritos ancestrales entendiendo que su vuelo es eterno y no lo podemos parar.

¿Cuando lo alcanzaremos?

Con todo respeto don Osvaldo, nos seguiremos viendo.