lunes, 18 de julio de 2016

Voz ancestral

Alguien apagó el interruptor de su cuerpo y feneció ante el cansancio.
Se tumbó en la cama y ya no tuvo fuerzas para levantarse más. Estaba agotado.
Sintió por un instante que si cerraba los ojos no dormiría, sino que su ser dejaría de existir.

Se asustó.

Hizo lo imposible por permanecer despierto, porque si se rendía, encontraría a la muerte.
Lucho tanto como pudo, y cuando sentía desvanecerse, se sobre saltaba en la cama para permanecer con vida. Pero era imposible, su vida pareciera que se iba de a poco.

A lo lejos escuchó esa voz ancestral que le invitaba a tener paz y buscando desesperado encontró sus ojos. Mientras parpadeaba muy lentamente, podía ver la mirada de tranquilidad que le veía fijamente. Entendió que si moría, sería a su lado.

Se rindió y cerró los ojos. Y entonces, alguien encendió nuevamente el interruptor de su cuerpo.

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