Era muy hábil para
proponer soluciones. Sabía exactamente qué debía hacer cada persona y cómo
resolver los problemas ajenos. Sus palabras siempre daban ánimo, y frecuentemente
las personas regresaban por más consejos. Sus adeptos se maravillaban de sus
palabras y su sabiduría.
Pero él, en soledad,
no tenía ni la mínima idea de cómo salvarse a sí mismo.
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