La mayoría de personas
duermen, otros, por su propia voluntad, se desvelan tratando de encontrar un
sentido a sus vidas. Mientras tanto yo: despierto, queriendo dormir, cuento las
horas a la noche que sigilosa alimenta mis ansias de paz, una paz que desde
hace un tiempo no tengo, una paz que no desea volver, una paz que mi alma sabe
muy bien que solo la misma muerte podrá traer. Y mientras tanto, los susurros
de los cuerpos dormidos se mezclan con el canto de los insectos nocturnos que
dan forma a esta agónica noche que no quisiera me tuviera inmerso en ella.
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