domingo, 25 de septiembre de 2016

Misión silenciosa

Estas sentada al lado mío, lo puedo sentir. 

Me estas acompañando entre las campanas de viento, los pájaros y las hojas de los árboles que juegan a mecerse con gracia. 

Trato de poner atención al canto medieval que me recuerda quien soy, pero tú, en silencio, me inquietas y haces que te ponga atención. Entiendo, hoy es un momento para que me abraces, para dejarte sentir.

Ahora, aprovechando tu presencia, que me tienes en tus brazos, déjame entender el porqué de tu misión silenciosa. Esa misión que hace que piense la mente más simple y hace decaer el rostro del más poderoso.

Ahora dime, explícame, porque debe de haber alguna razón, debo entenderte y tal vez así, pueda entenderme a mi mismo, a mis razones, a los por qué.

¿Sigues ahí, aún estás escuchándome? Lo se y sonrío, porque cuando escribo tu te vas. Y nuevamente me dejas con las dudas. ¿Cuándo me hablaras, cuándo me darás respuestas? Te esperaré otro día, para sentir tu abrazo, para ver si ese día, tu, la soledad, me contarás tus secretos.

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