Se perdió en su mirada y quiso amarlo por siempre. Él, se
perdió en ella y experimentó todo lo que pudo a su lado. Se sació hasta el
cansancio, y en un arrebato de emoción, se limpió el trasero con ella. Luego, viéndola
embarrada de mierda, se fue.
Ella, le suplicó que se quedara, pero viendo que él no
regresaría, decidió vengarse. Buscó a otros tipos en la calle y les limpió el trasero
con su cuerpo. No importaba si les conocía bien o no, ella pensaba, que él, al verla embarrada de mierda de otros hombres, sentiría celos y arrepentido,
regresaría con ella, y la amaría por siempre.
Un día, sentada de espaldas en la barra de un bar, vio al
peor de los hombres que, separándose de su camino, entró y llegó con ella. Le sonrió y con
un poco de agua, un trapo y jabón, decidió limpiarla. Le limpió la frente y
siguió, con esmero, limpiando su rostro. Ella sonrió agradecida.
Mientras charlaban, el peor de los hombres continuó su
ablución, pero ella, en un arrebato de emoción,
se limpió el trasero con él, El peor de
los hombres, molesto, se limpió y le pidió que no lo volviera hacer, pero ella, en otro arrebato, lo hizo
de nuevo.
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