jueves, 2 de junio de 2016

Levántate

No caíste, no fuiste engañada. Tú respondiste a una sonrisa, a un “te quiero” a sus caricias. No fuiste tonta. Como es tu naturaleza, confiaste en el amor, porque eres sincera, porque no andas jugando, porque para ti, el amor no es un juego, el amor es una práctica cotidiana.

Pero él se fue.

¿Y ahora piensas que fue tu culpa? No se puede culpar al sol por dar su luz al piadoso y al asesino, no se puede culpar a la luna por inspirar al poeta y al ladrón. Si de algo eres culpable es de amar, y ese hermoso sentimiento jamás debe hacerte sentir culpable.

Ahora levántate.

Cierra los ojos y siente en el viento mil besos de amor desesperados de muchos que anhelan un amor sincero como el tuyo. Si alguien no lo supo apreciar lo perdió, pero tu amor verdadero, el que complementará tu corazón, a ese debes esperar. No desesperes, no caigas, levántate.

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