Caminando por el inframundo tuve un sueño, de esos sueños
buenos, de edición limitada. Lo único que debía hacer era tomar ese sueño,
meterme en él y salir cuando se acabara. Pero no lo hice, quise seguir usando
el sueño.
Así que cuando el sueño estaba por concluir, me salía de él
y dejaba a que se recuperara, luego, me metía en él nuevamente. Así lo hice por
un tiempo, hasta que un día, el sueño se arruinó.
Traté de repararlo, pero como dije, ese sueño era de edición
limitada, no habían repuestos.
Me quedé atrapado en ese sueño, que sin funcionar bien, como
era de esperarse, se volvió en pesadilla.
Hoy grito desde dentro de ese sueño pero nadie puede oírme. Las
personas pasan a la par mía soñando plácidamente, mientras que yo, preso de mí
sueño, intento desesperado escapar de él.
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