Siento algo
metido en mis huesos, yo no lo pedí, simplemente apareció de la nada. De pronto, mis
articulaciones me traicionan y se atrofian. El dolor es indescriptible y hace
que me retuerza del dolor. Clamo por ayuda pero nadie puede auxiliarme, es una
lucha constante conmigo mismo, estoy preso dentro de mi propio cuerpo.
De un momento a
otro el dolor viene y se va, hay momentos buenos y otros malos. Como es de
esperarse en estos casos, las personas creen que estoy fingiendo, los entiendo,
ellos no comprenden qué es sentir cómo tu esqueleto se empieza a petrificar impidiéndote
el movimiento. Esto es un tormento.
Pongo mi esperanza en la ciencia médica pero ésta me da un par de medicamentos a medio probar; es
que nadie muere de lo que tengo, hay enfermedades de prioridad por investigar.
Elevo la vista al cielo pidiendo ayuda, pero tampoco siento que exista un
remedio inmediato a mi dolor. Cada día duele más, cada día menos movilidad,
cada día menos motivado.
Pero un día,
vagando por el mundo virtual encuentro a 18,720 almas que comparten mi pesar.
Nadie tiene la cura, pero sus palabras me dan apoyo, me hacen sentir
confortado. Hay personas con menos y más dolor que yo, pero todos ríen, se
burlan de la enfermedad, la miran a los ojos y le arrebatan una sonrisa al
tormento.
No me siento
solo, no estoy solo. No me vencerás artritis, somos muchos contra ti. Nos reiremos
en tu cara, dejarás de atormentarnos.
Dedicado a los integrantes del grupo de Artritis Reumatoidea de Facebook. Sigamos en la lucha hermanos, esto no tiene un final.
1 comentario:
Animo compañero, habemos muchos que comprendemos perfectamente las dolencias, las limitaciones y la falta de ganas de seguir respirando.
Le mando calurosamente un abrazo de algodón, no hay padecimiento reumático que no podamos superar.
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