Su contrato le impedía trabajar por más horas de las
establecidas y tuvo que parar en medio de la carretera a dormir unas horas. El
sonido del motor del camión, ese que alimentaba la calefacción que le daba
alguna comodidad en aquella cabina, le contaba los minutos que él invertía en
ver las estrellas y especular sobre su futuro.
Solo.
La noche oscura.
Las estrellas brillando.
El recuerdo de ella en su mente.
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