domingo, 23 de octubre de 2016

Tortillas con frijoles

El sol era intenso, pero el frío de las montañas refrescaba su cuerpo, que a mediana velocidad, se movía por la ruta del altiplano del país.

A lo lejos, se podía ver esa pequeña motocicleta dejando una estela de polvo. Esa imagen que los pobladores de las aldeas esperaban ver con ansias.

De su pequeña mochila, sacaba los documentos, y explicaba lo procedente. Las mujeres lloraban de alegría y los padres de familia sonreían agradecidos.

Tomaba café y comía tortillas con frijoles, y luego, se despedía para recorrer otros cientos de kilómetros para dar las buenas noticias al poblado siguiente.

Cuarenta y cinco años después, las personas lo recuerdan con cariño como “el mensajero de Huracán”.

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