Y el día indicado, se abrieron los cielos y bajaron los
muertos para hablar con los vivos.
A mí me visitó el mío y me habló a la espalda,
mientras yo picaba verdura.
Y en la concentración del momento, me invitó a ser paciente y a buscar la felicidad.
El día pasó, y el cielo se cerró. Y entre carcajadas y fiambre replicamos su sonrisa.
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