Te esperé con ansias. Parecía que no había más tiempo. Tenía
que saber todo de ti.
Pasaron los días reconociéndote, aprendiéndome tu canto, tus
vivencias, tu ser.
Esa extraña sensación de que te vería me ocupó los días y me
apartó de la realidad.
Y de pronto, llegaste.
Éramos en ese momento, solos tú y yo, no importaban los
demás, era nuestro momento.
Pero pasó, y te fuiste.
Ahora, pareciera que me dejaste un vacío, como que me falta
algo, pareciera que al irte, te llevaste una parte de mí.
Y es que así debía de ser, te llevaste algo de mí, pero me
dejaste parte de tu espíritu acompañándome.
Ahora tengo tu poder, que me hace seguir en mi lucha. Mientras tanto, esperaré, por si en algún momento, un día, vuelvas a visitarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario