domingo, 2 de julio de 2017

Hija de Aidin

Siempre te llamas igual, no  importa en el lugar donde estés, siempre eres la misma, siempre fuiste tú.

Te adornas con un lacio brillante, o unos rizos exquisitos, fuiste morena, rubia o peliroja, eres lo que te de la ganar ser.

Siempre ríes, aunque llores en la oscuridad, y tu mirada directa, se clava con firmeza invitando a sucumbir.

No tienes edad, ni religión, eres perfectas por unas horas, y en coqueta carcajada, invitas a olvidar la realidad. 

Eres la hija de Aidin, y reina del presente. Y aunque sabes que el amor te dio la espalda, y tu adiós será siniestro, te acabas ese trago, y te lanzas a cazar.

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