La desigualdad, falta de oportunidades, mal sistema de salud, educación y otros factores han llevado a que en este país le asalten hasta en el semáforo. Así es, los pocos Guatemaltecos que tienen acceso a un automóvil no pueden parar unos minutos en los semáforos capitalinos sin el temor a que se acerquen dos tipos en una motocicleta y le roben lo que puedan. Y es que hasta por un celular en mi querido país puede salir hasta muerto.
Y mientras tanto los gobernantes de turno ofrecen parar la delincuencia con inteligencia y mano dura pero como es de esperarse, todo se queda en unas torpes palabras que son aplaudidas únicamente por gente incauta o por ellos mismos.
De hecho hace un tiempo a la gente que gobernaba se le ocurrió la idea de colocar a todo motorista un chaleco gris y colocar el número de mátricula impresa en el casco, así, aquellos que no portaran esas imposiciones serían identificados como asaltantes y la policía podría ir tras ellos. ¿Esto le parece ridículo? Pues resulta que contra todos los pronósticos no lo fue. Efectivamente a los asaltantes les importó un bledo las imposiciones y continuaron sus actividades delincuenciales. Pero entonces ¿Que salió mal?
Inmediatamente las noticias salieron al aire, hubo notoriedad, la economía informal hizo un dinero extra, los motoristas uniformados pero no hubo ninguna o poca (si es que hubo) logística para hacer redadas de criminales, durante unos días se vieron algunos policías comiendo o durmiendo en algunas esquinas "bonitas" de la ciudad capital, pero las capturas fueron muy pocas, de hecho, a todos esos motoristas que pagaron chalecos y matrículas para cascos ahora recibían multas si no portaban la imposición y hasta empezaron a ser asaltados por los mismos motoristas furtivos. Y cuando se lograba capturar a algunos pocos delincuentes, estos salían de la cárcel al poco tiempo por "falta de pruebas" y es que en mi país esta palabra funciona muy bien con los delincuentes, repito: con los delincuentes. Dios le ayude a usted como persona decente si cae detenido, porque lo más probable es que jamás saldrá de prisión.
Al cabo de unos meses la "moda" de los chalecos grises fue menguando y al cabo de uno año era cosa del pasado. Ahora, el gobierno de turno pierde credibilidad, su popularidad disminuye a pasos agigantados y pienso que un día alguien influyente vio por el vidrio de su automóvil blindado a un motorista con chaleco gris y pensó ¡Eureka! Me imagino esa reunión con abundante comida y bebida, humo de cigarrillos y gente elegantemente vestida planificando la estrategia: - Que tal si resucitamos el chaleco gris para los motoristas pero en lugar de ser gris ¡AHORA SERÁ NARANJA! igual que el color de nuestro partido, así, la gente que anda en moto pagará un chaleco, otra matrícula en el casco y como regalo ¡Pagará multas si no aplica la imposición! así, la gente verá nuestro color de partido, nos amará y votará por nosotros en las próximas elecciones.
En esa fatídica reunión, el partido empezó a cavar su propia tumba.
Ahora la economía informal ya salió a ganarse nuevamente unos centavos extras, las noticias vuelven a dar notoriedad y volveremos a ver algunas patrullas en alguna de las esquinas de las zonas más bonitas de la capital. Igual los delincuentes no usarán las disposiciones y usted querido automovilista tendrá que seguir atento a dar su celular cuando el diablo, la muerte o el destino decida que a usted le toque el semáforo en rojo.
...Y cambiando "Argentina" por "Guatemala" todo queda igual en la lírica de Horcas..
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