Llegué a tu ser con más dudas que respuestas.
Un nuevo ciclo estaba por iniciar.
Empecé con el pie izquierdo encontrando rechazo.
Poco a poco fui ganándome tu confianza.
Tu alma confió en mi y me dio una oportunidad.
Me sentí honrado.
Cuando tu alma sabia cambió me volviste a recibir con los brazos abiertos.
Tu nueva alma era sincera y me animó a seguir.
Traté de agradarte dando lo mejor de mi.
En verdad que me esforcé.
Tu confianza y mi esfuerzo hicieron que tus hijos me entendieran.
Guié a muchos, a todos los que lo permitieron.
Encontré amor y odio entre tus hijos, pero al final me identifiqué con todos.
Fue muy doloroso cuando arrancaron tu alma sincera.
Me sentí enfermo cuando un espíritu oscuro te poseyó.
Hasta me sentí traidor por no luchar por recuperar tu alma sincera.
Ese fue un error.
El espíritu oscuro te poseyó y empezó a arrancar a sus propios miembros.
Uno a uno fueron cayendo; pero al ser arrancados se volvieron en almas puras.
Se liberaron.
Tus hijos fueron sacrificados, censurados y mutilados.
Me dio asco.
Todavía no sabía si despegar e irme como llegué.
Pero decidí quedarme y luchar.
Luché lo más que pude, luché como en un principio me ensañaste.
Con la verdad por delante luché, traté de pelear y ganar.
Pero no pude.
Al final el espíritu oscuro logró separarme de ti.
Pobre de ti y de tus hijos.
Ahora, junto con las almas puras veo desde lejos como te empiezas a debilitar.
Te morirás si no te deshaces de ese espíritu oscuro.
Y aunque nunca más pueda volver a ti, me regocijaré con el resto de almas
cuando el espíritu oscuro se devuelva al infierno de donde nunca debiera haber salido.
Resiste que algún día serás libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario