martes, 17 de octubre de 2017

Todo sea por los hijos.

Para encontrarle sentido a su vida tienen hijos. Luego, trabajarán el doble para comprar una hermosa casa para esos hijos. Al mismo tiempo, y por esos mismos hijos, se compran un lujoso auto. Al crecer, levantan a esos hijos a las 4:30 de la mañana para llevarlos al colegio, y luego, los recogerán en la casa de los abuelos a las 10:00 de la noche para hacer tareas, acostarse a las once y madrugar otra vez. En las vacaciones, les pagarán infinidad de cursos de vacaciones porque, por el trabajo, no tienen tiempo para atender a esos hijos que son su razón de ser.

El sábado los levantarán temprano para ir al club, y luego, nuevamente con los abuelos, porque, por trabajar muchas horas por los hijos, los padres también necesitan hacer su vida social con los amigos. Llegarán ebrios y de madrugada a por ellos. 

El domingo, se levantarán muy temprano para llevar a los hijos a la Iglesia y los obligarán a creer en su religión, para luego, ir a un centro comercial de moda y tomarse fotos para que, su círculo de amistades virtuales, les vean asombrosos. Regresarán a casa a preparar lo del lunes y la historia vuelve a empezar.

Y mientras se duermen, verán sus redes sociales, y se burlarán de la nueva generación, de esos tontos sin sentido, que afirman que no quieren tener hijos.

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