Morgue
Mientras iba bajando las gradas, el calor se fue quedando en los pisos superiores, y el frío se empezó a apoderar de todo el ambiente. Los pasillos eran sombríos y largos, con tenues luces que apenas iluminaban el suelo que brillaba por la suciedad. Sintió que sus huesos se elaban mientras su cuerpo llegaba casi por inercia al final. Ahí estaba, del otro lado de la puerta, Gris, inherente, sin vida.
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