El frío hizo pensar al loco. Lo hizo alucinar, viajar en
el espacio y tiempo. De pronto, estaba frente a ese momento. Y vio con detenimiento
lo que ahí sucedía.
Escuchó carcajadas y entonces los vio brindar y
embriagarse con el vino, los vio esconderse en lo oscuro; Vio sus gestos, sus juegos, sus caricias, les vio derretirse en el amor.
Y el loco los envidió.
Pero la escena se fue desvaneciendo en la oscuridad
dejando al loco en un espacio oscuro y siniestro. Sintió nuevamente el frío meterse en sus
huesos y resignado, ocultó sus manos en la sudadera y caminó sin rumbo hasta que la
realidad se le presentó de golpe.
No había sido un sueño, él estuvo ahí, era él.
No había sido un sueño, él estuvo ahí, era él.
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