Para encontrarle sentido a su vida tienen hijos. Luego,
trabajarán el doble para comprar una hermosa casa para esos hijos. Al mismo
tiempo, y por esos mismos hijos, se compran un lujoso auto. Al crecer, levantan
a esos hijos a las 4:30 de la mañana para llevarlos al colegio, y luego, los
recogerán en la casa de los abuelos a las 10:00 de la noche para hacer tareas,
acostarse a las once y madrugar otra vez. En las vacaciones, les pagarán
infinidad de cursos de vacaciones porque, por el trabajo, no tienen tiempo para
atender a esos hijos que son su razón de ser.
El sábado los levantarán temprano para ir al club, y luego,
nuevamente con los abuelos, porque, por trabajar muchas horas por los hijos,
los padres también necesitan hacer su vida social con los amigos. Llegarán ebrios
y de madrugada a por ellos.
El domingo, se levantarán muy temprano para llevar
a los hijos a la Iglesia y los obligarán a creer en su religión, para luego, ir
a un centro comercial de moda y tomarse fotos para que, su círculo de amistades
virtuales, les vean asombrosos. Regresarán a casa a preparar lo del lunes y la
historia vuelve a empezar.
Y mientras se duermen, verán sus redes sociales, y se burlarán de la nueva generación, de esos tontos sin sentido, que afirman que no quieren tener hijos.
Y mientras se duermen, verán sus redes sociales, y se burlarán de la nueva generación, de esos tontos sin sentido, que afirman que no quieren tener hijos.
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